Sunday, June 15, 2008

TIERRA

La cordillera asomaba sombras donde se perdían sus contornos. La noche caía con rapidez. El hombre amarró su caballo y caminó al interior de la capilla para protegerse del viento que soplaba fuertemente. Había bastante concurrencia, varias caras conocidas, veteranos de las luchas contra el gobierno. ¡Viva Cristo rey! Todavía recordaba el grito de guerra y los balazos. Matar podía ser un pecado, pero no si se hacia en nombre de un bien mayor, como soldado. Los soldados no pecan, sólo son soldados. Eso no le evitaba tener pesadillas.

Los asistentes discutían como podían defender sus tierras de la misma manera que lo habían hecho contra el cierre de templos ordenado por Calles. La Revolución, (no la de ellos, sino la otra) amenazaba su patrimonio. Había que tomar cartas en el asunto, volver a las armas de ser necesario.

Salió de noche. La capilla emanaba una luz que parecía arder por dentro. El fuerte viento persistía, produciendo una límpida noche. Las estrellas brillaban en lo alto. Al día siguiente partirían a la capital. Debía reclutar algunos hombres y conseguir un automóvil.

Labels:

0 Comments:

Post a Comment

<< Home